La falsificación de documentos de identidad se ha disparado en Colombia, con un preocupante aumento del 50% en el último año, según un reciente informe del equipo de investigaciones de OlimpIA, empresa colombiana líder en soluciones de ConfIAnza Digital. Esta tendencia delictiva está afectando de forma crítica a sectores como la banca, fintech, aseguradoras y plataformas de servicios en línea.

Las técnicas más utilizadas por los delincuentes incluyen la superposición de imágenes (tampering) y el uso de fotografías proyectadas en pantallas (screen fraud), métodos cada vez más sofisticados que logran evadir los filtros básicos de verificación de identidad.

“El impacto es directo en los procesos de onboarding, donde validar la autenticidad de la cédula de ciudadanía se ha convertido en un verdadero reto técnico y legal para las organizaciones”, señala Christian Arcos, director de investigaciones de OlimpIA. Muchas veces, los intentos de suplantación no son detectados de inmediato, lo que abre la puerta a accesos indebidos a plataformas protegidas, con consecuencias graves en términos de seguridad, cumplimiento normativo y reputación empresarial.

Ante este panorama, la compañía de tecnología advierte que confiar exclusivamente en documentos cargados por los usuarios en plataformas virtuales o aplicaciones resulta ser insuficiente para proteger la integridad de su identidad. En el entorno virtual un documento de identidad actúa como la llave de entrada al sistema, si la puerta está mal custodiada, todo el ecosistema digital queda vulnerable ante fraudes, suplantaciones y accesos no autorizados.

Como respuesta a esta situación, la empresa desarrolló un algoritmo de validación de documentos que integra técnicas de inteligencia artificial como visión computacional, y reconocimiento óptico de caracteres (OCR) avanzado que permiten extraer y digitalizar información contenida en documentos físicos o imágenes, transformándolas en datos estructurados, así como modelos estadísticos que permiten aprender parámetros fraudulentos.

La solución, diseñada como un componente flexible y adaptable a distintas plataformas, ha permitido reducir los intentos de fraude en las organizaciones que lo han implementado con una efectividad superior al 96 %. Fue diseñada para detectar señales de alteración visual, incoherencias en la estructura del documento y otros patrones característicos de la falsificación. A este análisis automatizado se suma una revisión manual complementariaque permite elevar los niveles de precisión en escenarios críticos.

Más allá de ser una respuesta tecnológica, este tipo de mecanismos refleja una evolución en los métodos de validación de identidad digital. De acuerdo con los análisis de la compañía, al menos una de cada 100 interacciones digitales involucra un intento de fraude documental, una cifra que continúa en ascenso en ausencia de herramientas especializadas de detección.

Por eso, en el proceso de verificación de identidad, la validación del documento se consolida como el primer paso fundamental para establecer una relación de confianza entre las empresas y los usuarios, desde el momento en que una persona se registra y crea una cuenta hasta cuando accede a servicios y productos en línea.

La implementación de la validación de documentos también ha demostrado mejoras en cuanto a eficiencia de los procesos, reducción de tiempos y disminución de errores humanos. Para las empresas, esto representa un mayor control sobre los accesos, menor exposición a sanciones regulatorias y una mejor experiencia para el usuario final.

En un país donde la validación de la cédula de ciudadanía enfrenta retos técnicos respecto a estándares internacionales, contar con tecnología adaptada al contexto colombiano se vuelve esencial. La verificación documental ha dejado de ser un simple trámite administrativo.

En la era digital, donde las identidades se crean en milisegundos, es fundamental confirmar la legitimidad desde el primer contacto. De esta manera, se protegen tanto a las personas como a las empresas. La lucha contra el fraude, suplantación de identidad y falsificación de documentos comienza con un documento autentico.