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16 de agosto de 2022La prohibición de exportaciones de ganado bovino en pie afectaría negativamente a unas 350.000 pequeñas familias ganaderas. Además, el país perdería un comercio en el que tienen relación la venta de combustibles, pago de peajes, empresas transportadoras, contratación de veterinarias que suplen los medicamentos durante cada viaje y en los predios destinados a la exportación, vinculación de agencias marítimas, de aduanas y la proveeduría del servicio de catering para los barcos en los que se transportan los animales.
Durante 2021, este comercio totalizó 247.171 semovientes por un valor de 151,5 millones de dólares. Sin embargo, los movimientos a lo largo de la cadena productiva pueden variar entre $850.000 millones a $950.000 millones de pesos. Es decir, alrededor de $1 billón al año.
José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), recordó que en el primer semestre de este año, las exportaciones de ganado en pie aportaron la cifra de USD 198,6 millones a la canasta exportadora colombiana y que el total de las ventas internacionales -carne y novillos vivos- llegaron a USD 285,4 millones”.
Añadió que esta es una cifra que va en aumento y surge de un mercado que se rige por las leyes de la economía: oferta y demanda. “Los compradores no proceden de los tratados de libre comercio, sino que han surgido de la gestión de diplomacia realizada entre las instituciones del gobierno y Fedegán. Específicamente las exportaciones tienen como destino los países de Oriente Medio (Arabia Saudita, Jordania y Líbano) y el norte de África (Egipto)”.
Oportunidad para pequeños ganaderos
Restringir o limitar las exportaciones de animales en pie a través de proyectos de ley basados en el fanatismo y en donde se refleja el desconocimiento del sector, deterioraría gravemente la situación económica, de ingresos y bienestar de los productores primarios, en su mayoría pequeños ganaderos, quienes han encontrado en esta línea de negocio una importante oportunidad comercial.
“A todas luces, este comercio no solo va en la dirección de fortalecer el sector productivo, sino de garantizar niveles de producción acordes con las necesidades del mercado colombiano, pues es un incentivo positivo para el mantenimiento y ampliación del hato ganadero y con ello, la garantía de que Colombia cuente con un nivel de seguridad alimentaria suficiente en materia de proteína bovina, más aún al tener en consideración que la exportación de animales en pie es solamente el 0,8% del hato total del país (247.171 animales de un hato de cerca de 30 millones de vacunos)”, explicó Lafaurie Rivera.
Además, indicó que hay dos aspectos que son relevantes en este comercio: la estacionalidad-peso y el precio del novillo gordo. El presidente ejecutivo de Fedegán manifestó que desde finales de septiembre hasta mediados de diciembre hay lluvias en Colombia. “Esas lluvias hacen que el novillo se alimente mejor y que para principios del año que sigue un peso adecuado (unos 300 kilogramos). Ese es el momento en que el ganadero debe venderlo. Es un novillo bien alimentado, tiene más peso y entre más peso, más gana el productor”.
Agregó que desde finales de diciembre, enero, febrero y finales de marzo hay verano. “Entonces, si el ganadero no vende el novillo, el animal de 300 kilogramos que tenía en diciembre pasa a ser uno animal de 250 kg en abril o mayo. Por eso, para los primeros meses de cada año hay mayor oferta de kilos y entonces se pueden vender más, no necesariamente todo lo absorbe el mercado interno”.
“Por eso, en ese periodo hay mayor dinámica de exportación de ganado en pie y coincide con los meses previos al ramadán (noveno mes del calendario musulmán). Al haber mayor oferta, el ganadero los vende para evitar que su animal empiece a perder kilos y pierda dinero”, dijo Lafaurie.
Precio competitivo
Anotó que “nosotros, con el precio del novillo gordo, mantenemos una buena dinámica internacional. Si uno mira las curvas de precios en Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay, Estados Unidos y Australia, sin excepción, el precio del novillo subió de manera idéntica desde mediados de 2020 y ha empezado a bajar igual que en Colombia”.
“La subida de precio no fue solo en Colombia sino en el mundo. Entonces, el alza en el precio en el país no fue responsabilidad de las exportaciones de carne ni de ganado en pie. ¿Por qué nos compran más a nosotros? Porque, aunque en todos los países ha subido, en nuestro país el precio de los vacunos sigue siendo el más económico”, afirmó.
Actualmente, el precio del kilo del novillo gordo en Colombia es de USD 2,29 y es el más bajo si se compara con el resto de los países latinoamericanos y esta variable es la que tienen en cuenta los compradores.
El precio en Brasil es de USD 2,33; Chile, USD 2,41; México, USD 2,63; Argentina, USD 2,87; y el de Uruguay, USD 2,83. Incluso el precio del novillo gordo de Estados Unidos es de 2,94 dólares.
El dirigente gremial aseveró que “la prohibición de exportaciones de ganado en pie generaría un impacto negativo contra esos 350.000 productores ganaderos que necesariamente se verían abocados a suspender empleos permanentes. También se reflejará la no entrada de esos dineros que hoy reciben dentro de la cadena de producción y consumo general en Colombia”.
“El efecto sería muy claro. El ganado de levante se verá depreciado al perder el mayor mercado que les demanda para abastecer las necesidades cárnicas de los países que hoy le compran. Cerrar las exportaciones es regresar a una ganadería que no era competitiva, una ganadería de carne improductiva y desincentivada, atrasada genéticamente que la hace alejada de las exigencias de los mercados globales de consumo”, alertó.
Todas las economías fuertes o potencias ganaderas exportan animales en pie. Entre ellas se cuenta a Uruguay, Brasil o Argentina y aunque sea poco, continúa siendo una alternativa de negocio para el productor primario. Incluso, entre México y Estados Unidos existe una relación comercial amplia no solo de carne sino de venta de animales en pie y para el caso de Europa hay movilizaciones de bovinos vivos que son comercializados al interior de la comunidad. En el escenario mundial se tiene que el comercio de animales en pie, anualmente, es de alrededor de 11 millones de cabezas y Colombia, para el caso del año 2021, exportó 247.171 novillos vivos, es decir, tuvo una participación de 2,2 % con relación al mercado total.