El comercio registró leve mejoría en las ventas durante el pasado mes de junio, así lo indica la Bitácora Económica divulgada por Fenalco, que registra que un 23% de los comerciantes tuvo un aumento en sus volúmenes de ventas, frente al mismo mes del año anterior; en mayo este porcentaje fue del 19%. Sin embargo, para el 77% de los comerciantes sus ventas fueron similares (47%) o se mantuvieron en terreno negativo (30%) en junio.

El Día del Padre; la temporada futbolera, que incluye las instancias finales del fútbol profesional colombiano, la Eurocopa y la Copa América de fútbol y al cierre del mes la Primatón salvaron las ventas del comercio el pasado mes, así lo indicó Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, quien agregó que, a falta de iniciativas propiciadas por el Gobierno, buenos son estos eventos, que ayudan a dinamizar al comercio y en consecuencia a la economía.

Los segmentos que tuvieron un mejor desempeño fueron el clúster de la moda, que incluye ropa y calzado; también categorías como muebles y electrodomésticos, especialmente televisores, ventiladores y utensilios domésticos que mejoraron su comportamiento, al igual que los alimentos y bebidas en general. El fútbol ha activado, especialmente, sectores como el de los licores.

Las ofertas de precios, así como el lanzamiento de nuevos modelos, estimularon las ventas de teléfonos celulares, que en este año no han tenido resultados satisfactorios. La estabilidad en el precio del dólar ha incidido para que los precios de bienes importados no hayan sufrido aumentos importantes de precio.

En cuanto a las expectativas de los empresarios para los próximo seis meses se advierte también una ligera mejoría. El 21% de los consultados piensa que las cosas van a mejorar, 57% ve un comportamiento similar al actual y un 22% se declara pesimista, este último porcentaje fue de 31% en mayo de este año.

Esta percepción puede atribuirse a los efectos positivos que sobre las compras tendría la reducción en las tasas de interés en los créditos de consumo, impulsados por la gradual reducción en las tasas de referencia del Banco de la República. La tasa de usura, que marca el límite máximo de los intereses que se cobran por compras con tarjetas de crédito, bajó del 47% en abril del año anterior a menos del 30% en la actualidad.

Los comerciantes en general lograron la liberación del inventario que venía desde el año pasado en niveles altos. Adicionalmente, las proyecciones de crecimiento han mejorado para este año ante la eventualidad de un mejor comportamiento esperado del agro, las obras civiles como el Metro de Bogotá y por una mayor ejecución del gasto público. Por ejemplo, el grupo de analistas de Bancolombia elevó su proyección de crecimiento del PIB para 2024 de 1.1% a 1.8%, y Anif también la revisó al alza y la situó en 1.7%. Estas revisiones no deben hacernos perder de vista que un crecimiento tan modesto como el que se tendrá en este año, aunque mejor que el del 23, es mucho más bajo que el crecimiento potencial.

Vemos con preocupación que la inversión, motor de una economía, se mantendrá muy poco reanimada en lo que resta del año debido ya no a los altos costos del crédito o a factores externos o a problemas de balanza de pagos sino por los riesgos que los empresarios perciben en los frentes político y regulatorio que han conllevado a un fuerte deterioro en el clima de los negocios. La incertidumbre, lejos de disiparse, sigue al alza por anuncios desde el gobierno sobre la posibilidad de buscar cambios a la Constitución y por el aumento de la inseguridad que afecta la tranquilidad en campos y ciudades. “Sigue siendo preocupante la inversión, motor de una economía, la incertidumbre económica y política ha conllevado a un fuerte deterioro en el clima de los negocios que se mantendrá durante todo el año”, concluyó Cabal Sanclemente.