Para cualquier país es clave su reputación a nivel internacional, y en este aspecto son fundamentales todas aquellas características que resaltan la importancia de la cultura nacional en todo el mundo. Para el caso colombiano son muchos los factores que destacan nuestra identidad en otros países; sin embargo, hay uno que sobresale por su autenticidad y su valor histórico: el café.

“La industria cafetera es primordial para la economía nacional. Por ejemplo, en 2022 el valor de la cosecha alcanzó un récord de $14,5 billones de pesos, según la Federación Nacional de Cafeteros. Asimismo, brinda grandes beneficios en materia de empleo y productividad en las regiones. Pero más allá de eso, el café se ha convertido en un producto marca país, destacándose por su sabor suave y la calidad de sus granos”, afirmó Miguel Amado, gerente de desarrollo de negocios para la región Andina de Yara.

Para alcanzar estos resultados y obtener una buena taza de café es necesaria la confluencia de varios aspectos. En primer lugar, son esenciales los cultivos, ya que para elaborar un producto de calidad se requiere llevar a cabo buenas prácticas agronómicas; entre ellas, una excelente nutrición de los cafetales, una apropiada recolección y un proceso de beneficio y secado adecuado. Adicionalmente, existen factores externos que también inciden: como la variedad en el clima de la finca, el estado de sus suelos, el manejo sanitario, las condiciones de almacenamiento, entre otras.

En segundo lugar, la nutrición de los cultivos es fundamental, dado que este factor permite una mayor productividad, ya que, una oportuna nutrición balanceada y eficiente contribuye a conseguir excelentes producciones, mejores indicadores de calidad y, finalmente, mejorar el sabor de la bebida.

De igual manera, el aporte de los caficultores es indispensable, pues su dedicación y conocimiento en la producción de café aumentan la probabilidad de obtener un mejor grano; “la invitación a los caficultores es a continuar capacitándose en nuevas tecnologías en el procesamiento del café, buscar mejores prácticas que los llevan a incrementar la productividad de sus fincas y calidad de sus cosechas, con manejos sostenibles y rentables”, puntualizó Miguel Amado.

Sin embargo, existen también otros elementos que desafían el objetivo de producir una buena taza café, como por ejemplo el fenómeno de El Niño. Ante esta situación, para tener cafetales más resilientes y fuertes, se recomienda: aplicar oportunamente nutrición, determinar la fenología del cultivo para ajustar el plan de fertilización y utilizar complejos granulados o la aplicación de bioestimulantes, que reducen el impacto del estrés en las plantas y promueven su desarrollo bajo condiciones difíciles.

Yara, compañía líder mundial en la producción y comercialización de fertilizantes, brinda soluciones de nutrición para los caficultores, y también promueve la participación y reconocimiento de los cultivadores a través del Yara Champion Program, cuyo principal objetivo es reconocer el esfuerzo y las buenas prácticas de los agricultores, logrando cosechas de la mejor calidad y, sobre todo, aportar con un menor impacto en la huella de carbono que genera su cultivo. Este año, la empresa junto a la Cooperativa de Caficultores de Santander – departamento seleccionado para realizar esta versión-, convocaron a más de 300 productores, quienes se han inscrito y recibirán conocimientos técnicos de agricultura regenerativa y de producción de alta excelencia del grano. Este grupo de cultivadores competirán en marzo del 2024 en el “Concurso Nacional de Calidad de Taza de Café, Yara Champion Program”, donde se reconocerán las tres mejores tazas de la región que serán evaluadas por un panel de jurados QGrader, expertos certificados por el Instituto de Calidad del Café (CQI). Igualmente, se premiará a la mujer y el joven menor de 30 años con los mejores puntajes en la cata.