(Reuters) -Perú redujo su proyección de expansión económica para el 2023 y 2024, dijo el martes el Gobierno, debido a efectos adversos del clima, caída de la inversión privada y menores precios del cobre, tras protestas sociales de inicio de año.

El segundo mayor productor mundial de cobre preve un crecimiento de 1,1% para este año, menor al 2,5% previsto anteriormente, luego de que datos mostraron que la economía local se contrajo en el primer semestre un 0,45%.

Para el 2024 el país espera una recuperación del 3,0%, menor al 3,4% estimado antes, según las nuevas proyecciones del ministerio de Economía publicadas en el diario oficial.

El crecimiento previsto para este año sería el peor desde 2009 cuando la nación avanzó un 1,1%, excluyendo el año 2020 cuando la economía local se hundió mayor a dos dígitos por la pandemia del coronavirus. Perú registró en la última década uno de los mayores crecimientos promedio anual de Latinoamérica.

El ministro de Economía, Alex Contreras, afirmó más tarde en conferencia de prensa que el país sufre desde hace años una «desaceleración estructural», pero que a partir del segundo semestre de este año la actividad productiva se recuperará.

«El entorno económico ha sido sin duda retador, pero la economía peruana ha demostrado su resiliencia», afirmó. «Estamos trabajando intensamente para revertir ésta tendencia de desaceleración», mientras se modera la inflación, agregó.

En el reporte de proyecciones, se preve para este año un caída de 27,9% de la actividad pesquera debido a un fuerte retroceso de la industria de harina de pescado, por una veda en la captura de anchoveta por el calentamiento del mar.

Perú es el mayor productor mundial de harina de pescado, utilizado como alimento para animales y en la que China, un voraz consumidor de materias primas, es su mayor mercado.

El gobierno considera como mayor riesgo para la economía local el fenómeno climático de El Niño, un calentamiento del Océano Pacífico que provoca intensas lluvias afectando además la agricultura y destruyendo infraestructura como carreteras.

También se espera para el 2023 desempeños negativos en los sectores de la construcción y manufactura, que serían contrarrestados por el crecimiento de la producción minera metálica, que avanzaría un 7,0%, refirió el ministerio.

En su reporte, el ministerio mantuvo su proyección en el precio del cobre para este año en 380 dólares la libra; y también para el próximo año en 360 dólares; menores frente al precio promedio de cobre de 400 dólares la libra el 2022.

PROYECCIÓN «OPTIMISTA»

Frente a las proyecciones, el Consejo Fiscal peruano, un organismo estatal que según sus estatutos actúa con autonomía, mostró sus reparos. «A pesar de la revisión a la baja, la proyección de crecimiento para el 2023 podría seguir siendo optimista, pudiendo requerir ajustes adicionales».

Entre otros indicadores, el ministerio dijo que la inversión privada caerá este año un 4,5%, principalmente en el sector minero, responsable del 60% de las exportaciones del país.

Contreras señaló que, en contraste, la inversión pública se expandirá este año un 4,5% y el próximo año avanzaría un 6,0%.

El ministro dijo que espera para el 2024 una recuperación del 2,2% en la inversión privada, por el «destrabe» de algunos proyectos nuevos o de ampliación minera y un «fuerte» impulso en la inversión en infraestructura, como en puertos y transporte.

Para el mediano plazo, el funcionario destacó el proyecto de desarrollo de una industria petroquímica en Perú, que contempla una inversión promedio de 6.000 millones de dólares, y en la están interesados firmas de Chile, Estados Unidos y Australia.

«Es un gran proyecto nacional», indicó Contreras, que precisó que el plan espera el respaldo del Congreso. La petroquímica reducirá la dependencia del país en fertilizantes y producirá explosivos para la minería, refirió el ministro.

El ministerio pronósticó un déficit fiscal de 2,4% del Producto Interno Bruto (PIB) para este año, en línea con las reglas fiscales, frente al déficit de 1,7% del año pasado.

Además estimó que el déficit de cuenta corriente se reducirá este año al 1,6% del PIB, por debajo del déficit de 2,1% del PIB esperado anteriormente por el ministerio. La economía del país minero había registrado hasta mediados del 2023 dos trimestres de caídas consecutivas, pero el gobierno afirma que no ha ingresado a una recesión porque la contracción fue por episodios transitorios como las protestas sociales de inicios de año que frenaron la actividad productiva.