(Bloomberg) — El Banco de Inglaterra realizó su mayor aumento de tasas de interés en 27 años al tiempo que advirtió que el Reino Unido se encamina a más de un año de recesión bajo el impacto de una inflación galopante.

El aumento de medio punto al 1,75% del jueves fue respaldado por ocho de los nueve banqueros centrales, quienes también mantuvieron su promesa de actuar de nuevo con fuerza en el futuro si fuera necesario.

“El comité estará particularmente alerta a los indicios de las presiones inflacionarias más persistentes y, si es necesario, actuará enérgicamente en respuesta”, dijo el gobernador, Andrew Bailey, a la prensa en Londres. “Todas las opciones están sobre la mesa para nuestra reunión de septiembre y más adelante”.

La libra recortó las ganancias tras la noticia, que estuvo acompañada por una advertencia de que una recesión en el Reino Unido comenzará en el cuarto trimestre y durará todo el próximo año.

Esa sería la desaceleración más larga desde la crisis financiera, y los funcionarios esperan que la economía se contraiga en alrededor de un 2,1% en total.

El Banco de Inglaterra también elevó su pronóstico para el máximo de inflación al 13,3% en octubre, en medio de un aumento en los precios del gas, y advirtió que los precios se mantendrán elevados durante 2023. Eso agudizará una crisis del costo de vida que causaría la mayor caída de los ingresos reales disponibles en alrededor de 60 años.

Incluso después de miles de millones de libras de apoyo gubernamental para los hogares en apuros, se espera que las familias estén un 5% peor para fines de 2023, con una caída de los ingresos tanto este año como el próximo.

El aumento de medio punto, sin precedentes desde que el Banco de Inglaterra se independizó en 1997, es una señal de que los funcionarios encabezados por Bailey están dando por terminada la era del dinero barato y luchando para seguir el ritmo de una ola de ajuste monetario global de sus compañeros internacionales.

Una sección clave de la curva de rendimiento del Reino Unido se revirtió después de la decisión, una señal de que los inversionistas están preocupados por una desaceleración económica. El rendimiento de los bonos del Gobierno a 10 años cayó por debajo de la tasa de los valores a dos años por primera vez desde 2019.

Los pronósticos del Banco de Inglaterra presentan riesgos “excepcionalmente grandes”, según Bailey. La perspectiva, basada en un aumento promedio de las facturas de energía del 75% a alrededor de 3.500 libras (US$4.240) en octubre, destaca la escala del desafío que espera al vencedor de la carrera para reemplazar a Boris Johnson como primer ministro de la nación.

Las presiones inflacionarias se han “intensificado significativamente”, dijo la autoridad monetaria. “El último aumento de los precios del gas ha provocado otro deterioro significativo de las perspectivas de actividad”.

Junto con la decisión, el banco central también expuso sus planes para reducir las gigantescas tenencias de bonos que el Gobierno acumuló durante la crisis.

Es probable que las ventas activas, las primeras realizadas por un banco central importante, comiencen después de una votación confirmatoria que se realizará en septiembre y rondarán los 10.000 millones de libras por trimestre. Incluyendo las amortizaciones, el banco prevé que su stock de gilts disminuya alrededor de 80.000 millones de libras en el primer año del programa. Las ventas de bonos corporativos, cuya tenencia es mucho menor, iniciarán en la semana que comienza el 19 de septiembre, informó el Banco de Inglaterra.