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7 de julio de 2022La Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), advirtió que el aumento que ha tenido el precio del acero, uno de los insumos esenciales del sector, podría estancar alrededor de 250 mil proyectos de vivienda que actualmente están siendo pagados en el país.
Por lo anterior, el gremio envió una carta a la ministra de Comercio, María Ximena Lombana, en la que solicitan adoptar medidas urgentes en materia comercial, con la reducción arancelaria al 0 %, para el acero, con el fin de mantener el dinamismo del sector y los resultados en materia de vivienda.
En la misiva, Camacol advierte que, «por la falta de contundencia en las medidas de política comercial requeridas, se pone en un inminente riesgo, no sólo el logro alcanzado, sino lo más importante, el propósito de cerca de 250 mil hogares que están pagando sus viviendas y cuyos proyectos pueden hacerse inviables por efecto de los precios del segundo insumo de mayor importancia en la construcción de vivienda: el acero».
Según el gremio, entre junio de 2020 y junio de 2022, el precio del acero ha crecido 63%, donde el producto local ha crecido un 75% y el producto importado 58%.
De acuerdo con la presidenta del gremio, Sandra Forero, “los proyectos que ya se iniciaron y que han tenido este impacto son los que empiezan a tener retrasos porque los constructores buscan maneras de ver si el precio se puede regular (pues no hay cómo suplir el acero) y ahí empiezan a afectarse un poco los cronogramas”.
Agregó que “hay unas etapas de los proyectos que se empiezan a cancelar porque no se han iniciado. Esto obliga a hablar con el comprador y explicarle que como están las condiciones es imposible arrancar el proyecto”.
Sostiene la carta que «la medida adoptada en el Decreto 1132 de 2022 consistente en excluir temporalmente (6 meses) de la base gravable para la determinación del valor en aduana de las partidas correspondientes a alambrón y barras de hierro o acero importadas, el 100 % de los gastos del transporte y los gastos conexos, tan solo representaría, en el mejor de los casos, una reducción de 1,5 % sobre el precio final del producto, lo cual resulta de muy baja».
La demanda de acero se cubre con un 60% con acero local y 40% importado y se importa de tres países.