Colombia cayó al puesto 94 entre 165 países y territorios, en el Informe Anual sobre la Libertad Económica del Mundo 2025 del Fraser Institute, presentado por el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP), retrocediendo ocho posiciones respecto del año anterior (puesto 86).

El descenso refleja un deterioro en las cinco áreas que mide el índice: tamaño del gobierno, sistema legal y derechos de propiedad, acceso a una moneda sana, libertad de comercio internacional y regulaciones.

En tamaño del gobierno, Colombia ocupó el puesto 65, afectada por un gasto público excesivo que limita el crecimiento. En sistema legal y derechos de propiedad, con el puesto 96, se profundizó los altos costos y trámites que frenan la inversión y la facilidad de transferir la propiedad. En acceso a una moneda sana, el país descendió al puesto 114, golpeado por la inflación y la expansión monetaria que erosionan el poder adquisitivo.

En libertad de comercio internacional, Colombia se ubicó en el puesto 103, restringida por aranceles y barreras que aíslan su economía. En regulación, con el puesto 65, los retrocesos en normas laborales, como salario mínimo y horarios de trabajo, neutralizaron los avances marginales de otros subcomponentes. En la región, países como Chile (26), Perú (51), México (70) y Brasil (87) ocupan mejores posiciones.

“La caída de Colombia en el Índice de Libertad Económica es una señal de alerta que no podemos ignorar. Nos aleja de las posibilidades de alcanzar niveles de prosperidad para todos, especialmente para los más pobres. Es consecuencia de políticas que priorizan el intervencionismo estatal sobre la libertad individual y la iniciativa privada”, afirmó Carlos Augusto Chacón, director del ICP.

Estos problemas coinciden con el diagnóstico de la hoja de ruta programática L3P del ICP, que advierte sobre un aparato estatal costoso, y propone reformas estructurales para recuperar los avances en libertad económica: reducir el tamaño del Estado y controlar el gasto público, simplificar trámites, proteger los derechos de propiedad, flexibilizar el mercado laboral y abrir la economía al comercio internacional con menos aranceles y restricciones

La libertad económica refleja el grado en que las personas pueden decidir qué comprar, cómo trabajar y cómo intercambiar con otros, sin trabas excesivas del Estado. El informe del Fraser Institute demuestra que la libertad económica no es un lujo, sino una necesidad: en los países más libres, el PIB per cápita es en promedio de US$66.434 frente a US$10.751 en los menos libres; la pobreza extrema tiende a ser del 2% frente al 52%; y la esperanza de vida se eleva a 79 años, frente a 62.