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23 de septiembre de 2025En agosto de 2025, el gasto de los hogares, desde la medición de Gastometría de RADDAR, fue de $95,0 billones cuando un año atrás había sido de $86,5 billones, lo que significa un crecimiento en términos corrientes de 9,94%, continuando con el cambio de tendencia y con un crecimiento por encima del promedio de los últimos años, debido a una gran cantidad de efectivo en el mercado.
En términos reales, el crecimiento anual del gasto fue de 4,61% y en agosto del año pasado decreció-1,13%.
El gasto de los hogares mantiene una senda de crecimiento tanto en dinero como en volúmenes; sin embargo, en agosto se observa una leve desaceleración, en línea con la estacionalidad propia de este mes, cuando el gasto suele ceder tras los incrementos de junio y julio. A este comportamiento se suma el estancamiento de la inflación, que en agosto incluso registró un leve repunte, reflejando la dificultad que ha tenido este indicador para moderarse, especialmente por el mayor aporte de algunos alimentos.
Aunque en agosto el crecimiento del gasto mostró una leve desaceleración, en la mirada de los últimos 12 meses se mantiene una senda positiva cercana al 3%. Este desempeño responde a una mejor percepción de los hogares, reflejada en la recuperación de la confianza del consumidor, así como al mayor uso del crédito impulsado por el ciclo de compra de bienes durables y semidurables. A ello se suma la dinámica del mercado laboral, en donde tanto el empleo formal como el informal han crecido, favoreciendo una mejora en los ingresos de los hogares. De esta manera, agosto conserva una tendencia positiva frente a los últimos dos años, cuando la presión inflacionaria y el entorno económico limitaron la posibilidad de crecimiento real en el gasto.
La colocación crediticia, sumando la causada con tarjeta de crédito, consumo – libre destinación e hipotecaria, tuvo un crecimiento anual de 30%, debido mayormente a la dinámica en colocación de crédito de consumo que crece 38,67%, en línea con la dinámica de venta de bienes durables.
El salario mínimo real vigente, tuvo un aumento anual de capacidad de compra de 4,2% y los ingresos por ocupado crecieron al -3,9%.
En agosto la inflación volvió a registrar un impulso, aunque este repunte era en cierta medida esperado por los efectos de la temporada de mitad de año y el regreso a clases, donde los costos en preescolar, primaria y secundaria crecieron en promedio un 10%. Más que un cambio estructural en la economía, se trata de dinámicas estacionales relacionadas con el ciclo de vacaciones, que incrementaron el turismo y, con ello, presionaron al alza categorías como comidas por fuera del hogar, las cuales mantienen una inflación elevada. A esto se suma el aumento en bebidas calientes como café, chocolate y té, que también pudieron aportar a este comportamiento.
En la dinámica inflacionaria de agosto, los alimentos volvieron a ser los principales aportantes, afectando especialmente a los hogares de ingresos bajos y medios, para quienes esta canasta representa una mayor proporción de su gasto y que, además, constituyen la mayoría de la población en Colombia. Este comportamiento pudo incidir en la desaceleración observada en el consumo durante el mes. Dentro de los alimentos, destacaron las frutas frescas, cuyo incremento podría estar relacionado con las condiciones climáticas de los últimos meses, que también han afectado la infraestructura vial y, con ello, el transporte. Productos clave para muchos hogares como el café y la carne de res tambien mantienen un aporte importante
El Índice de Precios al Productor (IPP), que suele anticipar los precios al consumidor final, continúa mostrando presiones relevantes. En particular, el sector agrícola registra en agosto un incremento cercano al 20% frente a enero de 2023, lo que refleja el fuerte impulso de los productos no procesados, como el tomate, las hortalizas y las frutas frescas. Adicionalmente, bienes como el café y el chocolate mantienen un IPP elevado, aunque en niveles inferiores a los observados en agosto de 2024, explicado en buena medida por la dinámica de los precios internacionales de estos rubros.
Si bien los alimentos frescos fueron los que más aportaron a la inflación de alimentos en agosto, este comportamiento responde principalmente a factores coyunturales y no a un cambio estructural en sus precios. De hecho, siguen siendo los más económicos dentro de la canasta alimentaria, en contraste con los alimentos procesados, cuya inflación anual ha venido aumentando de forma sostenida en los últimos meses. Este repunte obedece, en parte, a los impuestos aplicados a los ultraprocesados y al impacto de los precios internacionales de insumos, además de dinámicas internas como el paro arrocero, que pudo incidir en sus costos. No obstante, a nivel mensual, los alimentos procesados registraron una leve disminución.
En cuanto a las fuentes de gasto de los hogares, salarios, remesas y crédito muestran un crecimiento anual, aunque con un mayor dinamismo en el crédito, que registra un aumento cercano al 31%. Esto refleja que los hogares están utilizando de manera más intensa esta fuente de financiamiento, en línea con el mayor gasto en bienes durables y semidurables, que suelen apalancarse con crédito. Por su parte, las remesas también presentan un crecimiento destacado, posiblemente explicado por la decisión de algunos hogares residentes en el exterior de asegurar sus recursos en Colombia, ante la incertidumbre generada por las políticas migratorias en el principal país emisor. Finalmente, los salarios son la fuente que menos crece, lo que puede relacionarse con el aumento de ocupados en la categoría de trabajadores por cuenta propia, que en su mayoría corresponden a empleos informales y, por tanto, de menores ingresos frente a los formales.
En línea con lo anterior, el crédito viene registrando un crecimiento significativo, especialmente en las modalidades de consumo y tarjetas de crédito. Este comportamiento se relaciona con la leve desaceleración de las tasas de interés, particularmente en el caso de las tarjetas, donde las tasas reales ya se acercan a su promedio histórico, facilitando un mayor uso por parte de los hogares. Si bien el pago de cuotas como proporción del ingreso ha repuntado en los últimos meses, aún se mantiene por debajo del promedio de los últimos años, lo que sugiere que los hogares conservan cierto espacio en su capacidad de endeudamiento.