El alcalde de Medellín denuncia 501 casos de presunta corrupción de su antecesor
4 de marzo de 2024
El 50,8% de la población de A. Latina está en la fuerza de trabajo y a 2050 aumentará al 54,6%: Cepal
5 de marzo de 2024Gustavo Petro despidió a decenas a tecnócratas del Gobierno favorables a inversionistas
(Bloomberg) — La apuesta del presidente Gustavo Petro de transformar el modelo económico de Colombia ha provocado una crisis en la rama ejecutiva. Una ola de ministros del gabinete y tecnócratas abandonaron sus puestos en medio de enfrentamientos con el mandatario.
Como primer líder de izquierda del país sudamericano tradicionalmente conservador, Petro está tratando de lograr un cambio radical para los 11 millones de votantes colombianos que lo apoyaron. Pero después de 19 meses en el poder, su popularidad está menguando y el presidente está desplazando a funcionarios con muchos años de servicio en favor de leales, despojando a su Gobierno de conocimiento y capacidad institucional.
“Envía un mensaje de preocupación a inversionistas, agencias de calificación crediticia y organismos internacionales que ven que el poder ejecutivo que históricamente ha estado muy preparado y que domina la política pública se pierde”, dijo en una entrevista José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda que ahora dirige la Universidad EIA con sede en Antioquia.
Jorge Iván González, considerado una voz clave de moderación dentro del Gobierno, fue despedido como director del Departamento Nacional de Planeación en una disputa sobre el gasto en infraestructura. El presidente quería que se asignaran fondos a proyectos que aún no estaban en el presupuesto, y cuando González le dijo que eso no era posible, le pidieron que renunciara y lo reemplazaron por un aliado cercano de Petro.
También han despedido a otros funcionarios más centristas. José Antonio Ocampo, economista de gran prestigio percibido como alguien que podía contrarrestar a Petro, fue despedido como ministro de Hacienda el año pasado. Sus colegas en Educación y Agricultura también fueron sacados del gabinete después de estar en desacuerdo con Petro sobre las reformas sociales que se discuten en el Congreso —que incluyen cambios en los sistemas de salud y de pensiones—.
Más allá de los nombramientos políticos, se le ha pedido la renuncia a decenas de funcionarios de rango medio con años de experiencia en ministerios clave, o simplemente sus contratos no han sido renovados por la desconfianza del Gobierno hacia aquellos que sirvieron en administraciones anteriores, según personas con conocimiento directo que hablaron en condición de anonimato por temor a represalias.
El personal de nivel técnico fue excluido de reuniones durante las discusiones de la reforma a la salud del Gobierno el año pasado, dijo un exfuncionario. En una reunión antes de que el proyecto de ley del Plan Nacional de Desarrollo fuera presentado al Congreso, Petro dijo que el borrador no representaba su visión y culpó a los tecnócratas que trabajaron bajo sus predecesores, según una persona que presenció el incidente.
En una respuesta a repetidas solicitudes de comentario sobre los cambios de ministros y personal técnico, la oficina de comunicaciones de Petro indicó por correo electrónico el domingo que el Gobierno valora el trabajo y la experiencia de los funcionarios públicos, independientemente de su afiliación política. Al mismo tiempo, su impulso por un cambio transformacional requiere contribuciones de aquellos previamente excluidos del proceso de formulación de políticas, por lo que la habilidad técnica debe equilibrarse con consideraciones políticas al implementar un cambio.
El viernes, sin embargo, el presidente adoptó un tono diferente. “Tecnocracia es supuestos técnicos en el poder. Democracia es el pueblo en el poder”, dijo Petro en la plataforma de redes sociales X. “En la primera el pueblo le sirve a los supuestos técnicos, en el segundo los técnicos sirven al pueblo”.
Desde que el presidente asumió el poder, su Gobierno ha cambiado manuales de funciones sobre requisitos de experiencia y educación de los candidatos para ocupar puestos ejecutivos en instituciones públicas clave. El Ministerio de Minas y Energía, la junta directiva de la productora estatal de petróleo Ecopetrol SA y el Invima, el organismo de supervisión de alimentos y medicinas, se han visto afectados.
En el Ministerio de Comercio, hubo 126 cambios de aproximadamente 500 puestos a un ritmo de 12 por mes desde que Petro asumió el cargo en agosto de 2022 hasta finales de octubre, según un documento al que tuvo acceso Bloomberg. Ha habido aún más rotación de personal desde entonces, según una persona con conocimiento directo del asunto.
La rotación en el Ministerio de Hacienda también ha sido sustancial. Unas 158 de 800 personas han dejado sus funciones desde que comenzó la Administración, según cifras del Gobierno proporcionadas a la senadora Paloma Valencia. Aproximadamente una quinta parte de los que se fueron tenían dos décadas de experiencia o más.
Algunos funcionarios de rango medio en todo el Gobierno se han sentido incómodos trabajando en roles que han desempeñado durante años, dijeron las personas, mientras sus jefes se protegen contra supuestas filtraciones de información y buscan mitigar la oposición interna a la agenda de Petro.
El año pasado, un grupo de disidentes de un sindicato gubernamental envió una carta al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, denunciando acoso laboral, un ambiente hostil y la estigmatización de quienes trabajaron en administraciones anteriores como “enemigos internos”.
“La vapuleada que le ha pegado este Gobierno a la tecnocracia es una vergüenza”, dijo el jueves Cecilia López, quien fue destituida como ministra de Agricultura junto con Ocampo, durante un homenaje público a exfuncionarios.
En otra disputa, Martha Lucía Zamora fue destituida como directora de la agencia encargada de defender a Colombia contra litigios internacionales.
Petro ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores anular un contrato para la fabricación de pasaportes, argumentando que no hubo un proceso de licitación competitivo. Zamora, en cambio, advirtió que Colombia se arriesgaría a una demanda y sugirió una conciliación con la empresa Thomas Greg & Sons, que fabrica pasaportes desde hace casi dos décadas.
El Gobierno no siguió su consejo y la nación ahora enfrenta una demanda de compensación de US$30 millones. Desde entonces, Álvaro Leyva, aliado de Petro, ha sido suspendido como ministro de Relaciones Exteriores por la Procuraduría General de la Nación por posibles irregularidades en el proceso de licitación.
El caso dio otro giro cuando el secretario general de la Cancillería adjudicó el contrato a la misma empresa, argumentando que la decisión se tomó de conformidad con la ley. Sin embargo, no contó con la autorización del canciller encargado, Luis Gilberto Murillo, quien se encontraba de viaje. Horas más tarde, Petro utilizó su cuenta X para despedir al funcionario, acusándolo de “traición”.
Mientras tanto, el sector de salud de Colombia fue uno de los primeros en ver cambios a niveles técnicos bajo Petro. Mientras su Gobierno buscaba fortalecer el papel del Estado en la prestación de servicios médicos, los funcionarios de rango medio que trabajaron durante décadas para construir el exitoso sistema público-privado del país fueron vistos como un obstáculo para la reforma.
Fernando Ruiz, quien lideró la respuesta del país a la pandemia de covid-19 durante el Gobierno del expresidente Iván Duque, dijo que si bien los nuevos ministros cambiaban con frecuencia a sus viceministros y a algunos jefes de departamento, los funcionarios técnicos tradicionalmente permanecían en sus puestos. Sin embargo, bajo Petro, activistas sin experiencia tomaron su lugar, según Ruiz.
Colombia fue uno de los últimos países entre sus pares en implementar una respuesta contra el virus de la viruela símica. Adicionalmente, la Procuraduría General advirtió que la mayoría de los 6 millones de vacunas covid que el país tenía en existencia el año pasado han caducado.
“Todo eso es resultado de la ruptura inicial entre la estructura técnica y la toma de decisiones del ministerio”, dijo el funcionario.
El Ministerio de Salud no respondió a varios correos electrónicos en busca de comentarios ni a mensajes de texto enviados a la oficina de prensa. Carolina Corcho defendió los cambios de personal que hizo como primera ministra de Salud de Petro, diciendo que hay diferentes puntos de vista sobre la tecnocracia de la formulación de políticas públicas.
Retórica vs. realidad
González, exjefe de planeación, argumentó en una columna de opinión que Petro comprende los problemas sociales clave de Colombia, como el cambio climático, la transición energética y la lucha contra la desigualdad. Sin embargo, es incapaz de conciliar la retórica que emociona a su base y lo que es factible en el sector público. Tampoco reconoce límites institucionales, económicos, legales y políticos a su poder.
Katherine Miranda, congresista del Partido Verde que apoyó la candidatura de Petro a la presidencia pero que ahora no coincide con algunas de sus políticas, considera que esa desconexión es clave para sus problemas actuales.
Con pocas personas alrededor de Petro que sean capaces de contradecirlo, dijo, su Gobierno es propenso a tomar malas decisiones. Como ejemplo, citó la prohibición de que empresas del sector energético dedujeran pagos de regalías al impuesto corporativo de renta que fue incluida en la reforma tributaria de 2022.
La congresista dijo que durante las discusiones sobre la propuesta, un grupo de legisladores advirtió al presidente que era inconstitucional. Petro siguió adelante con la idea de todos modos, solo para verla revocada por la Corte Suprema de Justicia en noviembre pasado, dejando al Gobierno con un agujero de casi US$800 millones en sus finanzas.
“Su discurso y su cerebro han sido mucho más rápidos que sus manos”, dijo Miranda en una entrevista. “No hemos visto realmente que todas esas ideas, muchas maravillosas, se puedan traducir en la realidad”.
(Bloomberg) — La apuesta del presidente Gustavo Petro de transformar el modelo económico de Colombia ha provocado una crisis en la rama ejecutiva. Una ola de ministros del gabinete y tecnócratas abandonaron sus puestos en medio de enfrentamientos con el mandatario.
Como primer líder de izquierda del país sudamericano tradicionalmente conservador, Petro está tratando de lograr un cambio radical para los 11 millones de votantes colombianos que lo apoyaron. Pero después de 19 meses en el poder, su popularidad está menguando y el presidente está desplazando a funcionarios con muchos años de servicio en favor de leales, despojando a su Gobierno de conocimiento y capacidad institucional.
“Envía un mensaje de preocupación a inversionistas, agencias de calificación crediticia y organismos internacionales que ven que el poder ejecutivo que históricamente ha estado muy preparado y que domina la política pública se pierde”, dijo en una entrevista José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda que ahora dirige la Universidad EIA con sede en Antioquia.
Jorge Iván González, considerado una voz clave de moderación dentro del Gobierno, fue despedido como director del Departamento Nacional de Planeación en una disputa sobre el gasto en infraestructura. El presidente quería que se asignaran fondos a proyectos que aún no estaban en el presupuesto, y cuando González le dijo que eso no era posible, le pidieron que renunciara y lo reemplazaron por un aliado cercano de Petro.
También han despedido a otros funcionarios más centristas. José Antonio Ocampo, economista de gran prestigio percibido como alguien que podía contrarrestar a Petro, fue despedido como ministro de Hacienda el año pasado. Sus colegas en Educación y Agricultura también fueron sacados del gabinete después de estar en desacuerdo con Petro sobre las reformas sociales que se discuten en el Congreso —que incluyen cambios en los sistemas de salud y de pensiones—.
Más allá de los nombramientos políticos, se le ha pedido la renuncia a decenas de funcionarios de rango medio con años de experiencia en ministerios clave, o simplemente sus contratos no han sido renovados por la desconfianza del Gobierno hacia aquellos que sirvieron en administraciones anteriores, según personas con conocimiento directo que hablaron en condición de anonimato por temor a represalias.
El personal de nivel técnico fue excluido de reuniones durante las discusiones de la reforma a la salud del Gobierno el año pasado, dijo un exfuncionario. En una reunión antes de que el proyecto de ley del Plan Nacional de Desarrollo fuera presentado al Congreso, Petro dijo que el borrador no representaba su visión y culpó a los tecnócratas que trabajaron bajo sus predecesores, según una persona que presenció el incidente.
En una respuesta a repetidas solicitudes de comentario sobre los cambios de ministros y personal técnico, la oficina de comunicaciones de Petro indicó por correo electrónico el domingo que el Gobierno valora el trabajo y la experiencia de los funcionarios públicos, independientemente de su afiliación política. Al mismo tiempo, su impulso por un cambio transformacional requiere contribuciones de aquellos previamente excluidos del proceso de formulación de políticas, por lo que la habilidad técnica debe equilibrarse con consideraciones políticas al implementar un cambio.
El viernes, sin embargo, el presidente adoptó un tono diferente. “Tecnocracia es supuestos técnicos en el poder. Democracia es el pueblo en el poder”, dijo Petro en la plataforma de redes sociales X. “En la primera el pueblo le sirve a los supuestos técnicos, en el segundo los técnicos sirven al pueblo”.
Desde que el presidente asumió el poder, su Gobierno ha cambiado manuales de funciones sobre requisitos de experiencia y educación de los candidatos para ocupar puestos ejecutivos en instituciones públicas clave. El Ministerio de Minas y Energía, la junta directiva de la productora estatal de petróleo Ecopetrol SA y el Invima, el organismo de supervisión de alimentos y medicinas, se han visto afectados.
En el Ministerio de Comercio, hubo 126 cambios de aproximadamente 500 puestos a un ritmo de 12 por mes desde que Petro asumió el cargo en agosto de 2022 hasta finales de octubre, según un documento al que tuvo acceso Bloomberg. Ha habido aún más rotación de personal desde entonces, según una persona con conocimiento directo del asunto.
La rotación en el Ministerio de Hacienda también ha sido sustancial. Unas 158 de 800 personas han dejado sus funciones desde que comenzó la Administración, según cifras del Gobierno proporcionadas a la senadora Paloma Valencia. Aproximadamente una quinta parte de los que se fueron tenían dos décadas de experiencia o más.
Algunos funcionarios de rango medio en todo el Gobierno se han sentido incómodos trabajando en roles que han desempeñado durante años, dijeron las personas, mientras sus jefes se protegen contra supuestas filtraciones de información y buscan mitigar la oposición interna a la agenda de Petro.
El año pasado, un grupo de disidentes de un sindicato gubernamental envió una carta al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, denunciando acoso laboral, un ambiente hostil y la estigmatización de quienes trabajaron en administraciones anteriores como “enemigos internos”.
“La vapuleada que le ha pegado este Gobierno a la tecnocracia es una vergüenza”, dijo el jueves Cecilia López, quien fue destituida como ministra de Agricultura junto con Ocampo, durante un homenaje público a exfuncionarios.
En otra disputa, Martha Lucía Zamora fue destituida como directora de la agencia encargada de defender a Colombia contra litigios internacionales.
Petro ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores anular un contrato para la fabricación de pasaportes, argumentando que no hubo un proceso de licitación competitivo. Zamora, en cambio, advirtió que Colombia se arriesgaría a una demanda y sugirió una conciliación con la empresa Thomas Greg & Sons, que fabrica pasaportes desde hace casi dos décadas.
El Gobierno no siguió su consejo y la nación ahora enfrenta una demanda de compensación de US$30 millones. Desde entonces, Álvaro Leyva, aliado de Petro, ha sido suspendido como ministro de Relaciones Exteriores por la Procuraduría General de la Nación por posibles irregularidades en el proceso de licitación.
El caso dio otro giro cuando el secretario general de la Cancillería adjudicó el contrato a la misma empresa, argumentando que la decisión se tomó de conformidad con la ley. Sin embargo, no contó con la autorización del canciller encargado, Luis Gilberto Murillo, quien se encontraba de viaje. Horas más tarde, Petro utilizó su cuenta X para despedir al funcionario, acusándolo de “traición”.
Mientras tanto, el sector de salud de Colombia fue uno de los primeros en ver cambios a niveles técnicos bajo Petro. Mientras su Gobierno buscaba fortalecer el papel del Estado en la prestación de servicios médicos, los funcionarios de rango medio que trabajaron durante décadas para construir el exitoso sistema público-privado del país fueron vistos como un obstáculo para la reforma.
Fernando Ruiz, quien lideró la respuesta del país a la pandemia de covid-19 durante el Gobierno del expresidente Iván Duque, dijo que si bien los nuevos ministros cambiaban con frecuencia a sus viceministros y a algunos jefes de departamento, los funcionarios técnicos tradicionalmente permanecían en sus puestos. Sin embargo, bajo Petro, activistas sin experiencia tomaron su lugar, según Ruiz.
Colombia fue uno de los últimos países entre sus pares en implementar una respuesta contra el virus de la viruela símica. Adicionalmente, la Procuraduría General advirtió que la mayoría de los 6 millones de vacunas covid que el país tenía en existencia el año pasado han caducado.
“Todo eso es resultado de la ruptura inicial entre la estructura técnica y la toma de decisiones del ministerio”, dijo el funcionario.
El Ministerio de Salud no respondió a varios correos electrónicos en busca de comentarios ni a mensajes de texto enviados a la oficina de prensa. Carolina Corcho defendió los cambios de personal que hizo como primera ministra de Salud de Petro, diciendo que hay diferentes puntos de vista sobre la tecnocracia de la formulación de políticas públicas.
Retórica vs. realidad
González, exjefe de planeación, argumentó en una columna de opinión que Petro comprende los problemas sociales clave de Colombia, como el cambio climático, la transición energética y la lucha contra la desigualdad. Sin embargo, es incapaz de conciliar la retórica que emociona a su base y lo que es factible en el sector público. Tampoco reconoce límites institucionales, económicos, legales y políticos a su poder.
Katherine Miranda, congresista del Partido Verde que apoyó la candidatura de Petro a la presidencia pero que ahora no coincide con algunas de sus políticas, considera que esa desconexión es clave para sus problemas actuales.
Con pocas personas alrededor de Petro que sean capaces de contradecirlo, dijo, su Gobierno es propenso a tomar malas decisiones. Como ejemplo, citó la prohibición de que empresas del sector energético dedujeran pagos de regalías al impuesto corporativo de renta que fue incluida en la reforma tributaria de 2022.
La congresista dijo que durante las discusiones sobre la propuesta, un grupo de legisladores advirtió al presidente que era inconstitucional. Petro siguió adelante con la idea de todos modos, solo para verla revocada por la Corte Suprema de Justicia en noviembre pasado, dejando al Gobierno con un agujero de casi US$800 millones en sus finanzas.
“Su discurso y su cerebro han sido mucho más rápidos que sus manos”, dijo Miranda en una entrevista. “No hemos visto realmente que todas esas ideas, muchas maravillosas, se puedan traducir en la realidad”.
