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20 de junio de 2023(AFP).- El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una importante fuente de financiación para América Latina y el Caribe, quiere ser un «paraguas» para todos los proyectos relacionados con el clima en la Amazonía, dijo su presidente, Ilan Goldfajn, en una entrevista con AFP.
Los bancos multilaterales de desarrollo como el BID tienen un papel crucial en los esfuerzos en curso para integrar aún más los problemas climáticos en la arquitectura financiera internacional, que se discutirán el jueves y viernes en una cumbre en París bajo los auspicios del presidente francés Emmanuel Macron.
«La Amazonía no es un solo país», recuerda Ilan Goldfajn, quien asumió la jefatura del BID en diciembre y aspira a «crear un programa paraguas en el que podamos unirnos a todas las iniciativas».
La Amazonía cubre casi el 40% de América del Sur y se extiende por nueve países. En el último siglo ha perdido cerca de un 20% de su superficie a causa de la deforestación pero hay iniciativas para recuperarla.
«Hay en Brasil, Colombia, Perú, iniciativas bilaterales que involucran a países europeos como Francia, iniciativas de nuestro banco de desarrollo y oenegés», dice el brasileño, expresidente del banco central de su país, que luego pasó por el FMI.
A principios de junio, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva volvió a presentar un plan para combatir la deforestación ilegal en la Amazonía, una de las prioridades de su gobierno desde su regreso al poder.
– Mejores préstamos –
El BID, creado en 1959, se ha convertido en la principal institución internacional de financiación a largo plazo para los países de América Latina y el Caribe.
El año pasado aprobó 14.000 millones de dólares en préstamos, especialmente a Argentina, Brasil y México, en proyectos en su mayoría relacionados con el agua, la energía y el desarrollo de negocios.
«Estos miles de millones son importantes, pero lo más importante es lo que hacemos con ellos», señala Ilan Goldfajn que quiere que una financiación más eficiente de proyectos climáticos a escala internacional.
El argumento adquiere aún más resonancia después de varios estudios internos sobre la efectividad de los préstamos realizados en los últimos años por la oficina de evaluación y control, una órgano del BID. En 2022, entre una cuarta parte y la mitad de los proyectos fueron calificados positivamente.
El BID tiene un doble objetivo: prestar mejor en comparación con la gestión del pasado y prestar más a los países que sufrieron repetidas crisis económicas desde 2020 y desastres climáticos, como la sequía que ha afectado a gran parte de Argentina y sus vecinos durante tres años, con consecuencias catastróficas para la agricultura local.
«¿Cuántas personas están saliendo de la pobreza, cuántas tienen acceso a instalaciones sanitarias, agua dulce, cuántas están conectadas? Todo esto es el objetivo final», dijo Goldfajn, que pide una financiación «innovadora» y mayor participación del sector privado, en ausencia de financiación pública internacional.
Entre las posibilidades cita por ejemplo aliviar la deuda de un país con sus acreedores a cambio del compromiso del gobierno de descarbonizar su economía. U organizar mejor la ayuda al desarrollo y los préstamos otorgados por el BID para tratar de reducir las tasas de interés de los reembolsos.
«Sabemos cuánto necesitamos para el clima, un billón de dólares, que es mucho. ¿Tenemos el dinero? Tenemos que ver todavía cuánto podemos recaudar», dice el jefe del banco.
Ilan Goldfajn también llama a apostar por el litio, cuyas reservas son inmensas en la región, estimadas en dos tercios de las reservas mundiales, un mineral esencial para la economía del futuro, en particular la fabricación de baterías. «Aplicando las políticas públicas correctas, los enfoques correctos, nos convertiremos en uno de los principales proveedores de minerales necesarios para el futuro», señala, recordando que el 30% de la energía producida en el subcontinente ya es limpia.