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12 de mayo de 2022
Déficit habitacional, otro reto para la construcción de vivienda
13 de mayo de 2022A pesar del contexto financiero e inflacionario más retador, el PIB del primer trimestre de 2022 habría crecido 8,3% frente al 1T21 en serie original y 0,5% frente al trimestre previo al analizar la serie corregida por efecto estacional, según reporte de investigaciones económicas de Bancolombia.
Este resultado se ubica cerca al escenario optimista (8,5%) de la más reciente actualización de proyecciones del Banco, como muestra de que el proceso de recuperación económica siguió su marcha en los primeros tres meses de este año, a pesar de los múltiples retos.
Por el lado de la demanda, el consumo privado seguiría siendo el motor del crecimiento. Respecto a la demanda de los hogares, los indicadores de consumo en tiempo real muestran un crecimiento del valor comprado por los tarjetahabientes de doble dígito para el 1T22, como consecuencia de la celebración del día sin IVA y la mejora del mercado laboral que se ha transmitido en mayores ingresos laborales para las familias. Más aún, en este período la cartera de consumo también mostró un ascenso anual real de doble dígito, demostrando que la tendencia de mayor consumo de 2021 se trasladó al inicio de 2022.
En relación a la inversión fija, la construcción habría explicado la mejora, mientras que las señales desde las importaciones de maquinaria y equipo llevan a prever una dinámica positiva pero moderada. Las estadísticas de concreto premezclado permiten observar una gran evolución del rubro de vivienda. Por su parte, el de obras civiles creció ligeramente compensando el declive del sector de edificaciones en obras no residenciales. En relación a la inversión en maquinaria y equipo, el sector de mayor aportación habría sido el manufacturero.
Desde el aspecto negativo, se destaca el deterioro que evidenciaría el desbalance comercial, sumado a la moderación del consumo público. Si bien los altos precios de las materias primas han beneficiado más a las exportaciones que a las importaciones, en este trimestre las cantidades exportadas cayeron más de 4% anual y las importadas crecieron 11,8%, reflejo de la baja producción local de los bienes de la canasta exportadora tradicional. Referente al consumo público, la ley de garantías ha provocado una ralentización de la contratación estatal.
Ahora bien, en lo que concierne a los sectores económicos, la clave detrás del crecimiento habrían sido nuevamente el comercio y la industria manufacturera. Por el lado industrial, la mayor demanda local e internacional de bienes alimenticios, textiles y combustibles, relacionados con la movilidad, explicaron el gran momento. Por su parte, la celebración del día sin IVA y el remanente de excedentes de liquidez de los hogares impulsaron al comercio.
Entre tanto, los sectores menos dinámicos habrían sido el financiero por el segmento asegurador, la minería y la agricultura. El pago por el siniestro en Hidroituango redujo en más de 30% la actividad aseguradora en enero, lo que limitó en neto para el sector financiero el aporte positivo que ha generado la colocación crédito. Por su parte, a pesar de los mejores precios, las afectaciones climáticas no han permitido una mayor producción de las actividades agrícolas y mineras. De materializarse el resultado, habría una presión alcista sobe el escenario base de crecimiento del PIB para el 2022 completo (4,7%). No obstante, la incertidumbre política, la alta inflación y las condiciones financieras más estrechas podrían afectar en los siguientes trimestres.