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29 de noviembre de 2022En los próximos días comienzan las negociaciones para definir el alza del salario mínimo para 2023 que este año tendrá varios ingredientes de interés como la inflación, las tasas de interés y la previsión del crecimiento económico para el próximo año, entre otros.
Algunos analistas como Fedesarrollo y Anif ya plantearon de cuánto consideran ellos debería ser dicho aumento.
Según el director ejecutivo de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, “el salario mínimo para 2023 debería aumentar un 13,5%”. Esta cifra se da con base en la inflación estimada al cierre de 2022 y el crecimiento estimado de la productividad. De acuerdo con “la suma de una inflación esperada para 2022 de 12,3% y un estimativo de crecimiento de la productividad total de los factores de 1,2% indican que técnicamente el salario mínimo debería aumentar un 13,5% en 2023”.
Entre otros elementos, la discusión del aumento del salario mínimo en el contexto de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales debe tener en cuenta: la importante desaceleración del crecimiento económico para el próximo año, que pasará de crecer 7,7% en 2022 a 1,5% en 2023; la alta incidencia de la informalidad laboral en el total nacional, que continúa cerca del 60% de la población ocupada; la alta tasa de desempleo que, a pesar de un crecimiento de la actividad económica cercano al 9% en 2021 y 2022, continúa en promedio por encima del 11%; y, que cerca de la mitad de los ocupados en Colombia tienen ingresos inferiores a un salario mínimo.
A los anteriores elementos hay que añadir las presiones inflacionarias que continúan afectando a la economía colombiana. Si bien el aumento de la tasa de referencia del Banco de la República, junto con una reducción en el déficit del Gobierno nacional en 2023 deberían mitigar las presiones al alza en los precios por el lado de la demanda, “aumentos del salario mínimo superiores al sugerido por la regla de inflación causada y productividad pueden generar presiones adicionales al alza en la inflación del próximo año, puesto que una buena parte de esos aumentos en exceso podrían ser trasladados a los consumidores vía mayores precios de los bienes finales”, sostuvo Mejía.
En este sentido, teniendo en cuenta la débil recuperación del mercado laboral, un entorno de crecimiento económico menos favorable en 2023, así como el mantenimiento de las presiones inflacionarias, la Comisión debe propender por alcanzar un acuerdo de un aumento del salario mínimo cercano al 13,5%, de tal forma que se pueda retribuir el esfuerzo de los trabajadores en el crecimiento de la producción, sin empeorar aún más las limitadas oportunidades de empleo formal para millones de ocupados informales que aún se encuentran excluidos del mercado laboral formal.
De acuerdo con el director ejecutivo de Fedesarrollo, “es importante insistir en la necesidad de discutir ampliamente una reforma laboral que, en vez de aumentar los costos de contratación, pueda adoptar medidas que permitan aumentar la productividad laboral, con elementos como la estructura de cotizaciones a la seguridad social en salud, la calidad y pertinencia de la educación y la formación para el trabajo. Solo avanzando en estas dimensiones será posible asegurar aumentos sostenibles en los ingresos de los trabajadores en nuestro país”.
Lo que dice Anif
Por su parte el presidente de Anif, Mauricio Santa María Salamanca, señaló que las negociaciones sobre el incremento del salario mínimo para 2023 no van a ser fáciles.
“¿Qué vemos nosotros? Que la productividad de la economía este año va a crecer 1.4%. Entonces, eso nos diría a nosotros que el incremento del salario mínimo debe ser del 13,5% o 14% y ahí parar. Si subimos el salario mínimo un 18%, 20% o 22% lo único que vamos a hacer es generar mayor desempleo, mayor informalidad, vamos a aumentar el déficit fiscal porque las pensiones van a subir mucho y los salarios de trabajadores del gobierno con un mínimo también”, expresó.
Agregó que en un escenario de coyuntura fiscal complicada es bastante retador.
A su turno, Miguel Largacha, presidente de su Consejo Directivo de ANIF, manifestó que “hacemos un llamado para que el incremento del salario mínimo siga la regla de la inflación observada más la productividad laboral, máxime con las expectativas de reducción de la inflación en el 2023 que aumentará la capacidad del poder adquisitivo. El próximo año trae grandes retos que definirán nuestro futuro”.
Principio del formulario
Añadió que se debe apreciar los vientos de recesión que se anuncian para 2023, la situación de déficit fiscal, devaluación, inflación y deuda.
“Ni el gobierno ni nadie podían anticipar la situación que viviría Colombia en el muy corto plazo y es esa situación sin ninguna duda a lo que debemos de responder (…) hay una situación de déficit fiscal profunda, una inflación creciente, una moneda devaluada y una cuenta corriente en rojo, unos niveles de endeudamiento y una deuda que se encarece con el poder adquisitivo de nuestra moneda», señaló el presidente del consejo. Además, a esto le sumó el alza a las tasas de interés, la dependencia al dólar y su impacto en la canasta familiar al importar gran cantidad de estos productos.