(Bloomberg) — La confianza de los consumidores en la eurozona se desplomó a un mínimo histórico a medida que los hogares se preparan para una crisis energética invernal y una mayor aceleración de la ya elevada inflación.

Un índice mensual de la Comisión Europea cayó a -28,8 en septiembre, según datos publicados el jueves. Eso se compara con las estimaciones de los analistas de una disminución a -25,5.

Los economistas dicen que es casi inevitable que el bloque monetario de 19 naciones entre en recesión en los próximos meses, con Rusia cortando los suministros de gas y los precios al alza. Los Gobiernos de toda la región se apresuran a idear medidas de apoyo para proteger a los grupos más vulnerables. Pero sus recursos se ven afectados por esfuerzos paralelos para rescatar a empresas en apuros, tales como la nacionalización del importador de gas alemán Uniper SE.

El banco central alemán es una de las instituciones que ahora prevén una recesión mucho más profunda en el horizonte después de que Rusia recortó el suministro de energía en represalia por las sanciones por su guerra en Ucrania. Los economistas proyectan una contracción anual general del 2,2% el próximo año.

Por su parte, funcionarios del Banco Central Europeo dicen que continuarán con las alzas de tasas de interés después de un aumento inusualmente grande de tres cuartos de punto porcentual en septiembre. Los últimos datos de inflación para la eurozona se publican la próxima semana y proporcionarán información crucial para sus próximas decisiones. “Una recesión que se avecina tendría un efecto moderador sobre la inflación”, dijo la miembro del Comité Ejecutivo del BCE Isabel Schnabel en una entrevista publicada el jueves. “Por supuesto, tenemos esto en cuenta al calibrar nuestra política monetaria. Sin embargo, el punto de partida de las tasas de interés es muy bajo, por lo que está claro que debemos seguir subiendo las tasas”.