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1 de julio de 2023Latinoamérica ha experimentado niveles más altos en la actividad fraudulenta. En promedio, las transacciones varían desde 36 hasta 160 millones, y se han recibido alrededor de 62 alertas diarias en total, lo que se traduce en pérdidas anuales de hasta USD 9.500.000
Así lo señaló David López Agudelo, vicepresidente de ventas para Latinoamérica de Appgate, al dar a conocer los resultados de su Reporte Global de Fraude Transaccional 2022 donde se presentan los datos más relevantes sobre la detección del fraude en la industria financiera, así como las tendencias y desafíos actuales en materia de ciberseguridad en Latinoamérica y el mundo.
Según los datos compartidos por la encuesta Global Findex del Banco Mundial, la titularidad de cuentas ha aumentado un 50% a nivel mundial en la última década, alcanzando el 76% de la población adulta mundial en 2021. Sin embargo, este crecimiento también ha llamado la atención de delincuentes que buscan aprovechar los canales digitales para realizar fraudes o ciberataques. En Latinoamérica, los países más atacados durante 2022 fueron Brasil y Argentina, con un 34% y un 32% de los incidentes respectivamente.
Tanto los usuarios como las entidades financieras deben considerar el contexto actual en el que se desarrollan sus actividades económicas, desde las amenazas y riesgos hasta las soluciones y herramientas más innovadoras para identificar y prevenir el creciente número de transacciones fraudulentas, señaló López.
Así mismo, el reporte del Banco Mundial estima que la tasa de propiedad de cuentas en las economías en desarrollo ha aumentado del 63% al 71% entre 2017 y 2021. Además, el 36% de los adultos recibió algún pago en una cuenta, de los cuales el 83% también realizó pagos digitales. Este aumento en el uso de servicios financieros en línea plantea desafíos en términos de ciberseguridad, ya que cada vez hay más usuarios expuestos al fraude, lo que aumenta significativamente la superficie de ataque. Como resultado, es necesario ampliar las estrategias de protección y análisis para garantizar la ciberseguridad de muchas más personas.
Las soluciones de última generación en la prevención de fraude transaccional hacen uso de la inteligencia artificial, el machine learning y el deep learning para detectar y bloquear actividades sospechosas en tiempo real. Según López Agudelo “hoy en día, el deep learning ha sido una técnica avanzada de aprendizaje automático que imita el funcionamiento del cerebro humano y mejora la precisión de las decisiones que mejoran la automatización, realizando tareas analíticas de gran volumen y obteniendo como resultado una decisión más precisa”.
Así mismo, el uso de datos estratégicos y mecanismos de autenticación comportamental ha permitido identificar actividades irregulares en comparación con los patrones de interacción habituales de los usuarios, como horarios, ubicaciones, tipos de transacciones, entre otros factores. Gracias a esto y a la capacidad tecnológica actual, es posible generar alertas preventivas, detectar anomalías en tiempo real y establecer restricciones antes de que los usuarios sean víctimas del fraude.
Existe una amplia gama de medidas destinadas a reducir los riesgos y las consecuencias del fraude transaccional. Sin embargo, las más efectivas son aquellas que integran diferentes productos de software y áreas de la organización para mitigar el fraude y fortalecer la seguridad financiera. “Con estrategias integrales que van desde la evaluación hasta el monitoreo continuo para identificar los aspectos de mejora y evolución de la prevención, hemos logrado mejorar la detección de fraudes en un 80% y reducir en un 90% las pérdidas por esta modalidad”, agregó López Agudelo.
De igual manera, una de las tendencias más populares entre los usuarios y ampliamente adoptada por la industria financiera es la banca móvil, que permite realizar diversas operaciones y transacciones financieras a través de aplicaciones. Sin embargo, los dispositivos móviles a menudo presentan niveles de seguridad débiles, lo que puede dar lugar a la aparición de aplicaciones móviles no autorizadas que representan una amenaza significativa para la seguridad de los datos y la privacidad de los usuarios. Según Appgate, estos ataques de fraude son el tercer incidente más común en su gestión, mostrando un aumento del 105% en 2022.
“Aunque el fraude cibernético evoluciona constantemente, es fundamental generar conciencia entre instituciones y usuarios para que cuenten con capacidades en la visualización y eliminación de amenazas digitales. Para lograrlo, es necesario combinar procesos, procedimientos y equipos interdisciplinarios que materialicen una estrategia en torno al despliegue de tecnología. Las organizaciones deben adoptar estas soluciones integrales para proteger sus activos digitales, garantizar la confianza de sus clientes y mitigar los riesgos asociados al fraude transaccional”, concluyó el directivo.